LA FRAGUA DE VULCANO, 1630
Segundo lienzo de tema histórico realizado durante la primera estancia de Velázquez en Roma , después de La túnica de José ( Patrimonio Nacional, Escorial ) , La fragua, construyó la primera verdadera incursión del pintor en la mitología a la antigua- a excepción de detalles de carácter contemporáneo, como las armaduras - la fábula de la visita de Apolo al taller del herrero Vulcano y los cíclopes, para darle cuenta de que su esposa Venus le ha engañado con Marte , tomada de las Metamorfosis de Ovidio. Ambas obras romanas representaban la plenitud por parte de Velázquez de las tradiciones pictóricas italianas, tanto la veneciana , especialmente el legado de Tintoretto , como la clasicista , compuesta por las enseñanzas de escultura antigua ( como el Apolo de Belvedere ) y de la pintura de Miguel Ángel ( visible en la importancia de los desnudos escorzados ) tanto como por la lección de los contemporáneos Guido Reni o del Guercino , o de una ilustración impresa de las Metamorfosis de Antonio Tempesta ( 1606 ) que se aduce como fuente de su composición . En ambas obras se representaba también historias en las que la acción narrativa y las emociones dependían de una revelación oral, de una narración literaria, de un discurso mudo , ya fuera un engaño o una mentira, cuyo conocimiento por parte de los protagonistas y espectadores era exigido para su plena comprensión. La pura imagen, por lo tanto, se hacía insuficiente en la pintura de historia, dependiendo del poder de la palabra ; si en La túnica de José esta prenda y la camisa ensangrentada sustituían la ausencia del " protagonista " supuestamente muerto , en La fragua , las referencias a los adúlteros han desaparecido , contrariamente a la tradición de las ilustraciones de las Metamorfosis , que solían incluir- como en un " bocadillo "- la imagen de la pareja en el lecho. A Velázquez le interesaba no solo el ensayo de técnicas característicamente italianas ,sino sobre todo la calidad dramática de las historias, su carácter dinámico e instántaneo , las reacciones de los personajes ante una sorpresa. Al mismo tiempo, manteniendo el dominio de la realidad material - armaduras, metales al rojo vivo, fuego, cerámica - de su color y reflejos , de sus sombras y relieve , así como el retrato de modelos reales ,el sevillano intensificaba el naturalismo de la historia pintada. Con su nuevo control de la composición con múltiples figuras de cuerpo entero de tamaño natural, de cuidada anatomía en los desnudos y jerarquizadas a través del empastado y la luz - de nuevo con un foco invisible y situado detrás del cuadro- y su paulatina dimensión tridimensional y formal, hasta convertir a las secundarias en imágenes solo mostradas como abocetadas manchas de color, Velázquez daba un paso adelante en el dominio del género pictórico por excelencia , en términos casi albertianos . Las figuras encajan correctamente en un espacio visto desde su propio punto de vista , que coincide con el " nuestro " como espectadores,. que asistimos como testigos presenciales a la escena desde una posición lateral , subraya con ello el inicio de la narración y la acción, colocada en uno de sus primeros espacios claramente habitables , a una distancia ahora más a la italiana que a la flamenca. Ha conseguido casi , como más tarde concretaría con palabras , disuadirnos de que sus lienzos sean pinturas , gracias a su " tinta ", al " aire ambiente entre las figuras "y la " disposición de su perspectiva " - que hace parecer grande la distancia en la pieza- se podría " entrar por ellos y caminar sobre su pavimento ". Bibliografía : " 100 Obras Maestras del Museo del Prado "
Tamara Tamaral
12-08-2014
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