martes, 12 de agosto de 2014

BACANTE EN REPOSO JOAQUIN SOROLLA

BACANTE EN REPOSO 1887
Bacante en reposo
óleo sobre lienzo 30x 69,5 cm
Museo de Bellas Artes, Valencia

Cuenta Aureliano de Beruete que Sorolla al llegar a Roma a primeros de 1885 como pensionado," conoció a aquellos artistas que formaban la brillante colonia española , Padilla, Villegas , Sala y otros, cuyas lecciones y consejos hubieron de guiarle en el desempeño de los estudios de desnudos que como pensionado debía realizar ". En efecto, una de las experiencias fundamentales de esos años para el artista fue el estudio del desnudo : género con el que habíatenido una relación muy medida durante el período de formación en Valencia , pero que en Roma constituía uno de los aprendizajes artísticos cotidianos de la colonia de pensionados . Sorolla se empleó en profundidad en el estudio de la anatomía humana del natural ; hasta llegar a sustituir los envios obligatorios del primer año, que comprendían copias del Antiguo, por dibujos de desnudo, que no fueron bien recibidos por el jurado académico valenciano al no ajustarse a las exigencias de la convocatoria.


Además, al juzgar uno de los trabajos que componían ese envío , un sugerente desnudo de mujer, la corporación emitió un pintoresco  dictamen, en el que explicaba que dicho cuadro , " no puede aprobarlo la Academia (....) porque se nota en él bien patente la tendencia a un grosero realismo que aumenta los reparos opuestos por la decencia a la completa desnudez de la figura humana, sobre todo en ek sexo en que son más imperiosas el recato y el pudor " Pero Sorolla, como fielmente advierte Beruete, estaba ya lejos de la influencia provinciana de esa institución y, sin tomar en serio sus trasnochados criterios , seguía el camino que le marcaban los maestros españoles asentados  en la capital del Tiber.




Bacante, 1886
óleo sobre lienzo 60x 75 cm
Puerto Rico, Museo de Arte de Ponce


Una novela que evoca la vida de Sorolla durante estos años italianos, no sólo describe  su interés real por el desnudo en ese tiempo , sino que pone su acento precisamente en la influencia que ejerció -más todavía que los pintores vivos a los que se refiere Beruete -la memoria de los maestros españoles más importantes que le habían precedido en el siglo XIX , Fortuny y Rosales, ambos fallecidos una década atrás, mucho más que los artistas de esa misma generación que habrían de compartir la experiencia romana con Sorolla.


En efecto, este desnudo recuerda inmediatamente en sus sencilla composición los dos estudios de desnudos femeninos más conocidos de ambos maestros, pues la posición de la figura repite exactamente los de La odalisca de Fortuny y la Mujer tendida de Rosales. Pero a pesar de esa coincidencia con los referentes españoles más importantes de su tiempo, los modos de Sorolla en esta obra van lógicamente más allá del lenguaje de estos dos reputados artistas, al cabo pertenecientes a una generación anterior. Con pinceladas jugosas y vibrantes, como las que definen la cabeza de su modelo o describen con sinceridad realista su pecho , y con una entonación brillante que se hace con atrevida estridencia en los tonos de los paños que envuelven la figura, Sorolla se  acerca voluntariamente a la estética de su paisano Emilio Sala ( 1850-1910 ) por el que sintió al comienzo de su carrera una rendida admiración. En efecto, una de las mejores mejores muestras de su trato con ese pintor la constituye otro de los desnudos más atractivos de Sorolla de este preciso momento que, pintado en los mismos términos de realismo plástico de esta obra, fue dedicado respetuosamente al " Sr. Emilio Sala/ su admirador / Sorolla.






Mesalina en brazos del gladiador, 1886
óleo sobre lienzo 52,2x 80 cm
Colección Banco Bilbao Vizcaya Argentaria

La pintura del Museo de Valencia conocida con distintos títulos , muestra a la bacante en reposo, tendida sobre un lecho tras su danza extática , que es evocada por el tímpano que ha debido servirle de acompañamiento y que asoma apoyado en su cabecero, adornado con unas cintas. En realidad, Sorolla no parece muy atento a la ambientación fiel de la escena , pues la cabeza de la mujer habría de estar coronada de pámpanos , que el artista sustituye por flores que la cubren, con delicadeza decorativa , también su sexo. La atención principal del artista se vuelca más bien en reflejar fielmente la actitud sensual con la que la modelo exhibe su cuerpo al espectador, en una posición de claro repertorio académico  pero en la que deja traslucir en realidad su rendido abandono tras la agotadora actividad física a la que se acababa de entregar. Así Sorolla fija su interés en describir con detenida contemplación el modelado del cuerpo de la mujer, cuyo protagonismo queda enfatizado  por el tratamiento suelto y jugoso del entorno que la rodea.


En ese momento de su carrera , el pintor valenciano realizó otras dos obras de evidente significado erótico, también encubierto por una ambientación clásica que alude a desenfadados argumentos literarios con la pretensión de refinar su verdadera intención, respondiendo a las modas burguesas internacionales de ese momento. Así sucede en sus lienzos tan sugerentes como Mesalina en brazos del gladiador inspirado en el vitriólico relato del poeta Juvenal y  muy próximo a este cuadro. Pero el palpable erotismo que ya está patente en esta pintura se enfatiza con la cómplice presencia de , a los pies de la bacante , de una famosa pieza arqueológica , que Sorolla debió de conocer de primera mano durante su estancia en Nápoles en 1886, conservada por su procaz iconografía en el gabinetto segreto, del Museo Arqueológico de la capital partenopea.Aunque en su pintura Sorolla deja ver tan sólo su reconocible parte superior, se trata sin duda del brasero del trípode llamado " de los tres sátiros " en el que  estos personajes míticos advierten, con su mano extendida y con un llamativo carácter fálico
de la cadente temperatura del objeto.


Bibliografía : Sorolla, Joaquin ; Edic : Museo del Prado

 Tamara Tamaral
12-08-2014

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