jueves, 23 de octubre de 2014

MI NACIMIENTO FRIDA KHALO


MI NACIMIENTO 1932

Mi nacimiento
óleo sobre metal 30, 5 x 53 cm
Colección privada






A semejanza de la diosa precolombina, Frida Kahlo pintó el momento de su nacimiento. No nos permite, sin embargo, desvelar la expresión de la parturienta, a la que cubre con una sábana como si estuviera muerta. Es la expresión máxima de la reencarnación, de la perpetuación de la vida: un cuerpo inerte que da a luz. Animada por Rivera, la pintora mexicana se decidió a plasmar todas las etapas de su vida, y comenzó desde el mismo momento del parto. La muerte de su madre coincidió con la realización de este lienzo y, contrariamente a lo que siempre hacía, dejó vacía la banderola que se sitúa al pie de la escena, quizá conmocionada por el suceso, y tapó el rostro a su madre con una sábana de la misma manera que se cubre a los difuntos. Es indudable el impacto que causa la presencia de la sangre en este cuadro. Eli Bartra remarca la valentía de Frida Kahlo al representar sin ninguna traba estética situaciones sanguinolentas, como es el caso de Mi nacimiento.

Esta comprensión de lo personal como político, como social, parece que no la tenía la propia Frida de su arte y, sin embargo, su pintura es un desafío constante, es una irreverencia ante los valores de la ideología dominante. Se permite el lujo, desde su condición social de mujer, de expresar sin miramiento su visión de la vida y de la muerte, con sangre, ese líquido tan cercano a la vida cotidiana de las mujeres, pero proscrito de la sociedad y del arte. Se permite pintar cosas «prosaicas» como abortos, partos, amamantamientos, suicidios, accidentes y también, de manera aparentemente ingenua, a veces perdidas entre muchas otras cosas, como en el cuadro Lo que el agua me dio (1938), se permitió pintar a dos mujeres desnudas juntas; o incluso en un primer plano como en Dos desnudos en el bosque (1939). Todo esto es una irreverencia y significa combatividad.

Y no sólo se impregna ella misma de sangre en cuadros que representan alguno de sus abortos, sus crisis emocionales con Diego Rivera, los postoperatorios de las múltiples y traumáticas intervenciones que padeció en la columna vertebral, las piernas y los pies...  Esairreverencia que Bartra apunta adopta tintes humorísticos en cuadros como Unos cuantos piquetitos, inspirado por la noticia del asesinato de una mujer a manos de su novio quien, borracho, apuñaló a su víctima veinte veces. Al comparecer ante el juez, en su defensa arguyó que sólo le había dado «unos cuantos piquetitos».

 Tamara Tamaral
23-10-2014


Bibliografia : Frida Khalo, Edic Taschen

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